Por Wendy Díaz
El Mes de la Herencia Hispana se celebra anualmente en los Estados Unidos del 15 de septiembre hasta el 15 de octubre desde el año 1989. Comenzó como un medio para “honrar las culturas y las contribuciones tanto de los hispanos como de los latinoamericanos mientras celebramos la herencia arraigada en todos los países latinoamericanos”, según el sitio web oficial del gobierno estadounidense (hispanicheritagemonth.gov). Durante este mes, los medios de comunicación y las instituciones educativas presentan informativos sobre artistas, académicos, científicos, políticos y otros latinoamericanos que han dejado un impacto en el mundo. Este mes puede parecer de poca importancia para los musulmanes; sin embargo, la herencia hispana y la herencia islámica están entrelazadas. La celebración de la herencia hispana o española está incompleta sin mencionar la historia y la influencia de las culturas que ayudaron a dar forma a América Latina. Sin duda, una gran parte de la herencia hispana es el Islam.
El Islam en España
A solo unos pocos años después de la muerte del Profeta Muhammad, la paz sea con él, el Islam se extendió hacia el este hasta Persia y el río Indo y hacia el oeste hasta África y Europa, principalmente España y Portugal. Ambos países son responsables de la colonización de la mayor parte de América Latina, lo que ahora es México, América Central, Sudamérica y el Caribe. Algunos historiadores musulmanes como At Tabari e Ibn Kathir afirman que las primeras conquistas en España se realizaron durante el tercer califato de Uthman ibn Affan, alrededor del año 653, aproximadamente 20 años después de la muerte del Profeta. Sin embargo, fue en el año 711, 79 años después de la muerte del Profeta Muhammad, la paz sea con él, que el Islam se introdujo en la Península Ibérica, en la tierra que ahora conocemos como España.
Esta gran campaña fue iniciada por Musa Ibn Nusayr y su general, Tariq Ibn Ziyad, después de enterarse de la inestabilidad política allí y el descontento del pueblo con sus gobernantes tiránicos, los visigodos. Los acontecimientos tuvieron lugar durante la era de los Tabi’in, o los sucesores de los compañeros del Profeta Muhammad, la paz sea con él, la mejor generación sólo superada por los compañeros en piedad y adoración. Tariq Ibn Ziyad viajó desde la costa de África hacia Gibraltar con 7.000 soldados. El 30 de abril de 711 E.C. llegaron con 4 barcos. Aunque su ejército era solo un tercio del tamaño de sus oponentes, finalmente lograron someter al ejército visigodo y conquistar las ciudades de Toledo, Córdoba y Granada. Éstas quedaron bajo el dominio islámico del califa omeya, Al Walid ibn Abd al- Malik, el nieto de Marwan ibn al-Hakam.
La fuerza impulsora que permitió que el imperio islámico se expandiera a las tierras de España y Portugal fue la misma que comenzó como una chispa y finalmente se extendió a toda la Península Arábiga. Los musulmanes lucharon por el bien de Alá y por el Más Allá. Los no musulmanes de España, principalmente cristianos y judíos, disfrutaron de libertad y tolerancia bajo el gobierno musulmán. Se les aseguró protección y autonomía para practicar sus creencias sin persecución. Esto marcó un gran momento en la historia en el que las tres religiones prosperaron en muchos campos, incluidas las ciencias, la medicina, la agricultura y las artes. La presencia islámica en España duró casi 800 años, dando forma a todo lo relacionado con la cultura española, incluidos los valores, las costumbres y el idioma. Esta época fue la base de las tradiciones hispanas que celebramos hoy, pero no es el único elemento con un toque islámico.
Los musulmanes en África
Aparte de la presencia musulmana en el norte de África, se sabe que los musulmanes cruzaron desde Arabia a Abisinia, lo que es ahora es Etiopía y Eritrea, seis años antes de la Hégira (614 EC), o la migración de los primeros musulmanes conversos a la cuidad de Medina. Además, durante los califatos de Umar ibn Al Khattab y Uthman ibn Affan, se enviaron expediciones militares para conquistar las tierras desde Egipto hasta Túnez, y estas expansiones continuaron por toda África, de este a oeste. Las interacciones continuas con los musulmanes, a través del comercio y el proselitismo, asegurarían que más y más tribus africanas abrazaran el Islam y establecieran sus propias comunidades.
Con el tiempo, después de haber recuperado el dominio completo en la Península Ibérica en 1492, la España y Portugal católicas se involucrarían en el comercio atlántico de esclavos buscando colonizar y establecerse en el Nuevo Mundo. Hombres y mujeres africanos, muchos de ellos musulmanes, a lo largo de la costa occidental de África fueron capturados, vendidos y comercializados como mercancías, y enviados a las Américas, especialmente el Caribe, México y América del Sur. Esto continuó desde el siglo XVI hasta el XIX. La presencia de los africanos en América Latina ayudó a formar una identidad multiétnica. Un proverbio español común en América Latina es “Si no tiene de dinga, tiene de mandinga”, refiriéndose a las tribus africanas. Es decir, que un individuo latino o hispano no puede negar su ascendencia africana, ya sea que provenga de los dinka (dinga), una tribu nativa de Sudán, o del pueblo mandinka (mandinga) de Malí. Es interesante notar que la gran mayoría de los mandinka son musulmanes.
El Islam en el Nuevo Mundo
La expulsión de los musulmanes de España se inició tras una presencia de 800 años, hacia finales del siglo XV y casi al mismo tiempo que el explorador italiano Cristóbal Colón y su tripulación, financiados por los Reyes Católicos de España, descubrieron el Nuevo Mundo a bordo de barcos españoles. Para comprender completamente el nivel de influencia del Islam en la cultura española, compare esos ocho siglos con la edad de la nación que conocemos como los Estados Unidos de América, que tiene poco menos de 250 años. Los musulmanes gobernaron España durante más del triple del tiempo de la existencia de los EE. UU. Nadie puede negar que los descendientes de los europeos y de los esclavos africanos que ahora viven en este país son “estadounidenses”. Por lo tanto, los musulmanes, al igual que los judíos y los cristianos, que vivían en España durante tantas generaciones eran, en efecto, españoles. El Islam no fue sólo una “influencia” superficial completamente borrada por la Inquisición católica, y la aniquilación, persecución y el exilio de los musulmanes. Era parte integral del gobierno y la cultura Española.
¿Qué pasó con estos españoles musulmanes y sus descendientes? Lamentablemente, algunos se vieron obligados a convertirse al cristianismo (unos incluso lo hicieron voluntariamente para salvarse a sí mismos y a sus propiedades), muchos fueron asesinados, desplazados y desalojados de sus tierras, enviados a “de donde vinieron”, probablemente el norte de África, aunque nunca habían puesto un pie en esa región porque habían nacido y crecido en España. Aun así, muchos otros se dirigieron al Nuevo Mundo. Asimismo, los africanos musulmanes fueron traídos a las Américas como esclavos y, una vez que se prohibió la esclavitud, formaron sus propias comunidades en todos los países de América Latina. Cabe mencionar que algunos historiadores afirman que hubo contacto entre musulmanes africanos y los pueblos del Nuevo Mundo antes del llamado descubrimiento de Cristóbal Colón.
Más tarde, con el desmantelamiento del Imperio Otomano y la subsiguiente inestabilidad en las tierras controladas por los otomanos, llegaron más migraciones masivas de musulmanes. Las guerras y los conflictos políticos en el Medio Oriente y otros países musulmanes impulsaron a la inmigración musulmana a América Latina en búsqueda de una vida mejor. El éxodo que comenzó con la colonización del Nuevo Mundo no ha cesado hasta el día de hoy, aumentando a la población de musulmanes en América Latina a los millones, sin contar los descendientes de musulmanes españoles y africanos que ya vivían allí tras ser despojados de sus raíces y su fe.
El legado hispanomusulmán continúa
Dada la evidencia histórica mencionada, los musulmanes de todo el Mundo Islámico deben aceptar que muchos hispanos o latinoamericanos son descendientes de civilizaciones musulmanas. Si afirmamos, como musulmanes, amar nuestra historia, debemos ser dueños de cada parte de ella. No podemos estar encantados con la arquitectura y las historias de la antigua España islámica y la riqueza y la influencia del imperio musulmán de Malí y descartar el hecho de que ambos siguen vivos en el Nuevo Mundo.
Celebrar las contribuciones de los latinoamericanos es también reconocer que muchos líderes políticos, incluidos 11 presidentes, de países latinoamericanos tienen ascendencia musulmana. Es viajar a estas naciones y ver los restos de esa influencia islámica en su arquitectura, gastronomía, artes y en el mismo ADN de su gente. También es saber que algunas de las celebridades hispanas más populares como Salma Hayek, Shakira, Emilio Estefan y Jaime Camil son descendientes de árabes. Y es escuchar las historias de latinoamericanos que recuerdan tener a un abuelo, bisabuelo o pariente lejano musulmán. Es celebrar que la promesa de Alá a Sus siervos es verdadera y se cumple ante nuestros propios ojos. El Profeta Muhammad, la paz sea con él, dijo:
“Sin duda, esta religión llegará a los límites del día y la noche y Alá no dejara pasar una zona rural o una vivienda urbana, excepto que Él hará que el Islam entre en ella ya sea a través de la gloria o la humillación, una gloria con la que Alá hará vencer el islam o una humillación que le haga sufrir al incrédulo”. (Ahmad)
Como musulmanes, tenemos la responsabilidad de rechazar las tendencias en los EE. UU. que distancian y/u cosifican a los latinos o los tratan como ciudadanos de segunda clase. Asimismo, debería haber un enfoque en traer a los hispanos o latinos/latinoamericanos de vuelta al Islam o al menos educarlos sobre su historia, que está profundamente conectada a la historia islámica. En 2009, solo el uno por ciento de los musulmanes se identificaba como hispanos. Para el 2018, ese número había alcanzado el siete por ciento, según el informe anual del Instituto para la Política Social y el Entendimiento, “Encuesta musulmana estadounidense: las predicciones y la prevención de la islamofobia”. Los hispanos están volviendo a sus raíces, y la pregunta es: ¿Los musulmanes están haciendo todo lo posible para darles la bienvenida? Comencemos por reconocer la Herencia Hispana.