Me llamo Martha Guadalupe, soy ecuatoriana, vivo en Nueva Jersey, y desde el año 2003 soy musulmana, Alhamdulillah (todas las alabanzas a Allah).
¿Por qué acepte el Islam? Es algo curioso; cada vez que me preguntan por qué me convertí en musulmana, tengo diferente historia que contar. Es que no alcanza el tiempo para decir todo. He visto un título en Facebook que me llamó la atención y dice, “Buscando la felicidad, encontré el Islam”. Yo puedo decir que buscando a Dios, lo encontré en el Islam. ¡Alhamdulillah!
Otro caso curioso es que no fui yo la que busque esta hermosa religión al principio. Mi familia y yo nos habíamos alejado de la religión católica definitivamente, pero yo nunca deje de adorar a Dios, de rezarle, de pedirle que guiara a mis hijos por cualquier medio que les permita llegar a Él y que no los abandonara. Tenía la certeza de que Dios siempre nos cuidaba y ÉL era el Único que nos daba todo.
Es así que un día 11 de Septiembre del 2001, mi hijo Hernán (el primero y ya estudiante universitario) nos visitó en la noche y nos dijo a mi esposo y a mí que aceptó la religión del Islam. Yo, en mi ignorancia le dije, “¿que es eso?” Él me dijo que es la verdadera religión de Allah, y recuerdo que le dije, “si ese es el camino que te lleva a Dios, pues bendito sea ÉL, y que te guie siempre”, y lo abrace.
Fue mi hijo mayor quien trajo a la casa la religión del Islam. Un mes después de que se convirtió en musulmán, mi segundo hijo lo hizo también, Alhamdulillah. Entonces comencé a informarme de la existencia de esta religión. Hernán me contaba la historia del Profeta Muhammad (que la paz y bendiciones de Allah sean con él) y que él fue el último y el sello de los Profetas. Al principio yo pensé que era extraño porque para mí, en ese tiempo, el último profeta fue Jesús (que la paz y bendiciones de Allah sean con él).
Siempre que podía, Hernán me enseñaba lo que es el Islam. Me comencé a preocupar porque en una de esas charlas me contó de los castigos que vamos a sufrir todos si no obedecemos las Leyes de Dios. Eso me llenaba de miedo y temía a Dios más que nunca. “¿Qué pasa si yo no sigo lo que Dios quiere, qué pasa si no tengo tiempo, qué pasa si no despierto?”, me decía. Esto fue una de las cosas que me llevó a pensar y meditar sobre lo que era mejor para mí. Quería ser una buena sierva para que Dios no me castigara.
Dos años más tarde acepte esta hermosa religión. Ahora soy musulmana y muy orgullosa de serlo, Alhamdulillah. No digo que fue fácil al principio; fue duro el cambio, pero Allah hace fácil lo difícil y he podido salir adelante rompiendo barreras y obstáculos. Sé que Allah me guio siempre, pero durante un tiempo estaba ciega. Hoy todo está claro y soy muy feliz al saber que soy una sierva humilde de Allah; de Él venimos y a Él regresaremos.
Desde que soy musulmana, me dedico a rezar y a seguir la Sunna, o las enseñanzas del Profeta Muhammad (que la paz y bendiciones de Allah estén con él), y también manejo un negocio. Siempre me gustó la costura y hacía ropa para niñas, pero lo deje por el espacio de 11 años. Cuando pare de trabajar en una compañía privada, me decía, “Si Allah me sacó de este trabajo que fue muy bueno, es porque tiene algo mejor para mi”.
Fue así que descubrí que podía coser ropa para mis hermanas musulmanas, cuando en una conversación, las oí mencionar que quisieran comprarse ropa islámica que vendían por el internet pero era demasiado cara. Entonces les sugerí, “Si ustedes quieren yo les puedo hacer a un precio mucho más bajo, Insha’Allah”. Con la ayuda de Allah y mis hijos, decidí abrir mi propio negocio, al que le llamamos “Modasty Designs”, Alhamdulillah. El negocio ha tenido éxito a nivel nacional por medio del internet y conferencias islámicas, y sobretodo por musulmanas en mi localidad que me buscan para que les haga la ropa. Siempre es un placer para mí y aquí estoy para el servicio de nuestra comunidad, Insha’Allah. Que Allah nos bendiga, proteja, y guie siempre.
Amen.