WhyIslam.org condena enérgicamente el asesinato de nuestro hermano, George Floyd, a manos de la policía de Minneapolis. La muerte de afroamericanos a manos de la fuerza policiaca no es nada nuevo ni reciente, sino que ha sido un hecho continuo durante décadas. Los afroamericanos no solo son víctimas de la brutalidad policial, sino que también sufren acoso, ataques y demonización constantemente. Ya no podemos permanecer en silencio o esperar que con el tiempo los políticos rectifiquen estos problemas en nuestra sociedad. Es responsabilidad de nosotros, como gente de conciencia, hacer todo lo que este dentro de nuestro poder legal para enfrentar el racismo sistemático y la supremacía blanca. Aunque las minorías no negras también experimentan injusticia en los Estados Unidos, debemos reconocer que la opresión constante y deliberada de los afroamericanos es un mal mucho más allá de lo que otras personas experimentan. Los afroamericanos, especialmente los hombres negros, continúan siendo las principales víctimas de la brutalidad policial.

WhyIslam.org (¿Por qué Islam?) exige que se haga justicia no solo por el asesinato de George Floyd, sino por todos los casos en que los afroamericanos fueron injustamente asesinados y abusados por las fuerzas del orden público. Hemos sido testigos de innumerables ocasiones en las cuales los policías han asesinado a civiles inocentes sin ser responsabilizados. Para restaurar la confianza en nuestro sistema de justicia, debemos denunciarlos por sus acciones. No podemos permitir que esta injusticia continúe. Hacemos un llamado a los musulmanes y a las personas de todas las religiones, razas e ideologías para que se unan contra estas injusticias.

Cabe señalar que el racismo no solo tiene sus raíces en la cultura estadounidense, sino que está presente en todas las comunidades, y la comunidad musulmana no es una excepción. La humanidad tiene una tendencia a favorecer a las personas que son similares a ellos. El primer paso para eliminar el racismo es reconocer y enfrentar las deficiencias en nuestro propio ser. Si bien la humanidad es imperfecta, los musulmanes creen que la religión del Islam proporciona la solución perfecta. Aunque el Islam prohíbe el racismo, el tribalismo y el colorismo, el racismo en la comunidad musulmana es una realidad incómoda que requiere conversaciones cruciales y necesarias.
Es posible que no tengamos todas las respuestas, pero sabemos que debemos comenzar la conversación. El simplemente hablar del tema, hacer publicaciones en las redes sociales y repetir las mismas declaraciones son respuestas insuficientes.

El Islam requiere que los musulmanes se enfrenten a la injusticia. Debemos trabajar para garantizar que los afroamericanos tengan igualdad de vivienda, oportunidades económicas y educativas. Debemos responsabilizar a los políticos y postularnos a puestos políticos en los que podamos eliminar a los políticos corruptos y realizar cambios significativos. Hablar contra la injusticia es requerido por el Islam como dijo el Profeta Muhammad, la paz sea con él: “Quien entre ustedes vea algún mal, que lo cambie con su mano. Si no puede hacerlo, entonces con la lengua. Si no puede hacerlo, entonces que lo haga en su corazón, y ese es el nivel más débil de fe “.

El Corán fue revelado al Profeta Muhammad, la paz sea con él, durante una época cuando el racismo era común. Los árabes se consideraban superiores a los no árabes, los ricos se consideraban superiores a los pobres, y los amos se consideraban superiores a sus esclavos. Al leer el Corán, nos damos cuenta de inmediato que uno de sus mensajes es que debemos eliminar el racismo. Dios nos recuerda que nos creó a todos diferentes por una razón, para que podamos conocernos bien y vivir en paz. El racismo no solo existe entre razas, sino también dentro de ciertas razas. Es decir, que incluso se puede encontrar el racismo entre personas que pertenecen a las mismas etnias y razas. El Islam lleva este concepto de igualdad aún más lejos. No se limita a la teoría, sino que la igualdad está incrustada en los rituales del Islam. Un ejemplo es cuando los musulmanes realizan sus cinco oraciones diarias en congregación. Todos se paran juntos en una línea recta, hombro con hombro y pie a pie. No hay distinción entre una persona u otra basada en estatus social o cualquier otra diferencia.

Además, la peregrinación a La Meca es quizás el mayor ritual que inculca la enseñanza de que todos los seres humanos son iguales. Para realizar este acto de adoración, todos los musulmanes deben usar dos simples piezas de tela blanca para taparse y asisten millones de personas de todos los ámbitos de la vida luciendo idénticos ante Dios. El uso de las dos piezas de tela les recuerda su humanidad. El negro y el blanco son iguales, los pobres finalmente sienten un sentido de igualdad con los ricos y el sirviente se siente igual al rey. Todos se paran ante Dios con nada más que su humanidad. Estos rituales eliminan el concepto de razas e inculcan un sentido de igualdad y humanidad.

Les pedimos a todas las personas de conciencia a no desesperarse porque la justicia finalmente prevalecerá. Los seres humanos pueden olvidar o ignorar las injusticias, pero Dios nunca olvida. Históricamente se observa que algunos árabes preislámicos solían enterrar a sus hijas con vida. Estas niñas fueron olvidadas en la historia; sus nombres, fechas de nacimiento y llantos nunca se registraron. Sin embargo, Dios nos asegura en el Corán que en el Día del Juicio Final que se encargará de sus asesinos: “Y cuando se le pregunte a la niña (que fue enterrada viva) por qué pecado fue asesinada …” (81: 8-9). Esperamos que la justicia prevalezca en el caso de George Floyd en esta vida y la próxima.