No hay un equivalente en cualquier otro idioma para la palabra coránica Zakat y el significado que transmite. No es sólo una forma de caridad o limosna o impuesto o diezmo. Tampoco es simplemente una expresión de la bondad; es todas estas cosas combinadas y mucho más. No es sólo una deducción de un determinado porcentaje de la propiedad, sino un enriquecimiento abundante y una inversión espiritual. No es simplemente una contribución voluntaria a alguien o a alguna causa, ni un impuesto gubernamental. Más bien, es un deber impuesto por Dios y llevado a cabo por los musulmanes para beneficiar a la sociedad en general.

La palabra coránica Zakat no sólo incluye la caridad, la limosna, la bondad, el impuesto, contribuciones voluntarias, etc, sino también combina esto con la conciencia de Dios y motivos espirituales y éticos. Es por eso que no puede haber ningún equivalente a la palabra Zakat por la originalidad suprema del Corán, el Libro Sagrado de Dios.

El significado literal y simple de Zakat es pureza. El significado técnico de la palabra designa la cantidad anual en especie o moneda que un musulmán con los medios debe distribuir entre los beneficiarios legítimos. Pero el significado religioso y espiritual del Zakat es mucho más profundo, igual que su valor humanitario y socio-político. He aquí una explicación de los efectos de largo alcance del Zakat:

El Zakat purifica la propiedad de las personas económicamente estables y la libera de las acciones que ya no le pertenecen, las acciones que deben ser distribuidas entre los beneficiarios. Cuando el Zakat se paga, un cierto porcentaje de la riqueza debe ser distribuida de inmediato en la forma correcta, porque el propietario ya no tiene la posesión legal o moral de ese porcentaje. Si él no lo hace, él obviamente está reteniendo algo que no le pertenece. Esta es una corrupción y usurpación clara desde cualquier punto de vista, moral y espiritual, legal y comercial. Esto significa que el porcentaje retenido ilegalmente hace todo el lote impuro y lo pone en peligro. Pero, por otro lado, si los dividendos de los pobres son surtidos y distribuidos entre los debidos beneficiarios, las partes restantes del lote serán puras y decentes. El capital puro y los bienes adquiridos de una manera justa son los primeros requisitos para lograr la prosperidad permanente y las transacciones honestas.

El Zakat no sólo purifica la propiedad del contribuyente, sino también purifica el corazón del egoísmo y la codicia por la riqueza. A cambio, se purifica el corazón del receptor de la envidia y de los celos, del odio y de la inquietud; y fomenta en su corazón, en cambio, la buena voluntad y los mejores deseos para el contribuyente. Como resultado, la sociedad en general; será purificada y liberada de la lucha de clases y las sospechas, del rencor y la desconfianza, de la corrupción y la desintegración, y de todos los males similares.

El Zakat reduce el sufrimiento de los miembros necesitados y pobres de la sociedad al mínimo. Es un consuelo más reconfortante para los menos afortunados, sin embargo, es un llamamiento a todo el mundo para mejorar su situación. Para los necesitados significa que es, por naturaleza, una medida de emergencia y no se debe depender de ella por completo, sino que deben ellos hacer algo por sí mismos, así como por los demás. Para el contribuyente es una cálida invitación a ganar más, de modo que pueda beneficiarse más. Para todas las partes interesadas es una puerta abierta para la inversión espiritual con una abundante compensación, ya sea directa o indirecta.

El Zakat es una forma efectiva de lograr la seguridad interna contra la codicia egoísta, la discordia social, y  la intrusión y penetración de ideologías subversivas. Es un instrumento eficaz para cultivar el espíritu de responsabilidad social por parte del contribuyente, y el sentimiento de seguridad y pertenencia por parte del destinatario.

El Zakat es una manifestación vívida del espíritu humanitario entre el individuo y la sociedad. Es un perfecto ejemplo del hecho de que aunque el Islam no impide la empresa privada ni condena posesiones privadas, tampoco tolera el capitalismo egoísta y codicioso. Es una expresión de la filosofía general del Islam, que adopta un curso moderado pero positivo y efectivo entre el individuo y la sociedad, entre el ciudadano y el Estado, entre el capitalismo y el socialismo, entre el materialismo y la espiritualidad.

Del libro: Enfoque hacia el Islam por Hammudah Abdalati (American Trust Publications)

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