Por Saulat Pervez
El tratamiento de las personas discapacitadas en el Islam
En nuestras vidas cotidianas, de vez en cuando nos encontramos con personas discapacitadas. Aunque no siempre tenemos la oportunidad de parar y conversar con ellos, oramos por ellos mientras le damos las gracias a Dios por crearnos libres de discapacidades.
Sin embargo, de manera interesante, mientras a veces nosotros consideramos que estas personas están a una desventaja, hay poca evidencia en el Corán o en las tradiciones del Profeta Muhammad, que sugiere percibirlos de la misma manera. Por ejemplo, el Corán no contiene ninguna referencia directa a la gente discapacitada, aparte de en el contexto del yihad: “No se equiparan los creyentes que se quedaron en sus hogares, salvo quienes tuvieron excusa válida (los discapacitados/enfermos), con quienes combaten por la causa de Alá con sus bienes y sus propias vidas”. (4:95)
En otro lugar en el Corán, Dios reprende al Profeta, que la paz sea con él, en el capítulo 80, o la Sura Abasa, por su comportamiento con Abdullah ibn Umm Maktum. Sin embargo, Dios no se detuvo en la discapacidad de este último, excepto para describirlo como “el hombre ciego”. O sea, al Profeta no se le llamó la atención debido a su insensibilidad hacia una persona discapacitada, sino más bien por su negligencia de alguien que se acercó a él para aprender.
El comportamiento del Profeta hacia las personas con discapacidad es un ejemplo por excelencia para nosotros. Además de saludar a Abdallah Ibn Umm Maktum con respeto y humildad, el Profeta, la paz sea con él, lo designo como el líder de Medina muchas veces durante su propia ausencia. En lo que se refiere al Profeta, la ceguera de Abdallah Ibn Umm Maktum no era un obstáculo en su capacidad para llevar a cabo sus funciones.
El caso de Yulaybib, otro compañero del Profeta, es igualmente educativo. Él fue conocido por su diminuta figura y también lo han descrito como deforme o repugnante en apariencia. Aunque muchas personas en Medina lo habían considerado un marginado, el Profeta, la paz sea con él, se acercó a una familia para pedirle a su hermosa hija como esposa para Yulaybib. Como era de esperar, los padres estaban cegados por sus aparentes desventajas – sin embargo, su hija estuvo de acuerdo con la sugerencia del Profeta, la paz sea con él.
Estos ejemplos son importantes porque demuestran que a pesar de que el Profeta, la paz sea con él, simpatizaba con sus circunstancias particulares, no consideraba que estos impedimentos deberían impedir que ellos llevaran una vida normal. Más bien, él decidido a centrarse en su belleza interior y alma pura – tal como lo hizo con todos sus compañeros.
Por lo tanto, dejando a un lado nuestros propios prejuicios y suposiciones, hay que reconocer que la discapacidad de por sí no es necesariamente un obstáculo o una desventaja. Sin duda, la persona afligida sufre mucho más dificultades que una persona que no está en su lugar. Esta es una razón más por la que debemos hacer esfuerzos adicionales para facilitar las actividades de nuestros hermanos y hermanas, asegurando no sólo su bienestar físico a través de medidas adecuadas, sino también su comodidad mental y emocional. Esta última sólo puede lograrse si los vemos más allá de su estado físico, así como el Profeta, la paz sea con él, lo hizo.
A fin de cuentas, Dios nos ha prometido que nuestras vidas son una prueba para nosotros. La gravedad y la condición de nuestras pruebas varían de persona a persona, incluso de una familia a otra. Sin embargo, depende de nosotros tener la fortaleza, aceptar nuestro destino y luego trabajar activamente para echar para adelante. De hecho, Dios nos ha prometido que “luego de toda dificultad viene un alivio,” (94:5), y que “Alá no exige a nadie por encima de sus posibilidades”. (2:286).
En general, las personas con discapacidad se enfrentan al reto de normalizar sus vidas con paciencia, fuerza y valor. Muchos de ellos logran esto con tal estilo que ya no se ven a sí mismos como “diferentes”. Que Dios les haga las cosas fáciles en su adversidad y nos permita ser una fuerza de apoyo para ellos.