En primer lugar, a pesar de que es común decir que el Corán confirma la Biblia, francamente, esto no es correcto. El término “Biblia” no aparece en ninguna parte del Corán. Los términos el “Antiguo Testamento” y el “Nuevo Testamento” no aparecen en ninguna parte del Corán.
De hecho, el Corán confirma la revelación original que se le dio al Profeta Moisés llamado la Torah (Torá) y el Inyil (el Evangelio) que fue revelado al Profeta Jesús. Otras escrituras que se mencionan en el Corán incluyen el Zabúr que fue revelado al Profeta David y el Sujúf revelado al Profeta Abraham. La idea de que el Corán confirma la Biblia, el Antiguo Testamento o el Nuevo Testamento es incorrecta. Incluso cuando tomamos un término como la Torá, no es el equivalente exacto de la comprensión de las escrituras que tienen los musulmanes, los judíos y los cristianos. Para los judíos y los cristianos, la Torá se defina como los primeros cinco libros de la Biblia, comenzando con Génesis.
Sin embargo, si se estudian estos libros cuidadosamente, se encuentra que muchos de ellos realmente no representan lo que le fue revelado a Moisés, sino que son biografías de Moisés. Además, hacia el final del capítulo 34 en el libro de Deuteronomio, que es parte de la Torá, habla de la muerte de Moisés y de su entierro, lo que obviamente no es obra de Moisés ni es la revelación que recibió en el monte Sinaí. Como tal, la definición de la Torá en la literatura del judeocristianismo no es igual a la referencia coránica de la Torá, o Ley, específicamente la revelación dada al profeta Moisés y tampoco es una obra biográfica.
En segundo lugar, el término Inyil en el Corán, es equivalente al Evangelio (en singular) y no debe compararse a los cuatro Evangelios. El Corán habla de la Palabra de Dios, no de las palabras de Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Lo que ellos supuestamente escribieron no es la palabra de Dios, sino biografías. Lo que el Corán menciona se trata de la revelación original del Profeta Jesús, la paz sea con él, una revelación divina que guió su misión. Si Jesús le pidió a la gente que la escribiera o no, eso no se sabe, pero su revelación fue igual como las escrituras divinas reveladas a Moisés, Muhammad, Abraham, y David, la paz sea con todos ellos.
Otro tema que se debe mencionar es que cuando el Corán confirma las escrituras anteriores, es condicional, e indica sin equivocación que el Corán, y solo el Corán, es la última revelación y que ha sido bien preservada. Es el último juez y el criterio que puede distinguir entre cualquier otra escritura anterior e indicar lo que es la palabra de Dios y lo que es la palabra de seres humanos; qué partes se han mantenido intactas y qué partes podrían haber pasado por algunos cambios a lo largo de la historia. El término, mujaimin, que aparece en el Corán, en la Sura número 5, entre los versos 48 y 51, se refiere al Corán específicamente siendo mujaimin. Maulana Maududi explica en su comentario sobre el Corán que esta palabra mujaimin en árabe significa defender, salvaguardar o conservar, vigilar y ser testigo. Todas estas definiciones se aplican al Corán en su relación con las escrituras anteriores.
En primer lugar, el Corán preserva y salvaguarda las enseñanzas de los profetas anteriores. Protege las revelaciones que Dios envió antes, explicando sus significados verdaderos para negar cualquier confusión, malentendido o interpretaciones erróneas que hayan surgido a lo largo de la historia. Se hace testigo porque da testimonio, como dice Maududi, a la palabra de Dios contenida en esas escrituras anteriores y ayuda a solucionar el problema de los comentarios e interpretaciones que más tarde se les añadieron.
La tercera cuestión es que algunas personas dirían que el propio Corán dice que no hay nadie que puede cambiar la palabra de Dios. Y entonces, ¿cómo pueden los musulmanes decir que la Biblia ha cambiado? Hay tres versos en el Corán que hablan acerca de cambiar la palabra de Dios. Cada uno de ellos aparece con un significado diferente dependiendo en el contexto de la Sura (el capítulo). También lo comprueba el Tafsír, o la interpretación del Corán.
En la Sura 6, verso 115, el término kalimát, o palabras como a menudo se traduce, es utilizado en el sentido de que Dios ha decretado que nadie va a cambiar los mandatos de Dios en la creación. En la misma Sura, en el versículo 34, kalimát se utiliza en el sentido de la promesa de Dios, cuando se lee en su contexto, para darles la victoria a Sus mensajeros. En la Sura 18, verso 27, la palabra kalimát aparece en el sentido que Dios preserva Sus palabras o Su creación. Se debe notar que la promesa hecha por Dios es que Sus palabras serán preservadas pero esto no incluye la promesa de preservar las palabras de los seres humanos. Algunos estudiosos de la Biblia, por ejemplo, dicen que el problema de la autoría es que no se sabe si Juan escribió algo o no o si Pablo escribió algo o no, etc. Otro ejemplo es que no se sabe la autoría de la Epístola a los Hebreos. Hay muchos ejemplos así. ¿Fue en realidad escrito por Pablo, o alguien más? Eso no se incluye en la promesa de Dios porque son las palabras de los seres humanos y no la palabra de Dios recibida por Sus mensajeros y profetas como Moisés, Jesús, o Muhammad, la paz sea con ellos.
En segundo lugar, cualquier religión que diga que nadie puede cambiar la palabra de Dios, hay que entenderla en dos diferentes niveles. En cualquier religión, una persona puede cambiar la palabra de Dios en el papel que está escrito. Se puede obtener una copia de la Biblia y escribirlo de manera diferente. Se puede obtener una copia del Corán y cambiarlo. Así que el cambio físico relacionado con la escritura, cualquier ser humano puede hacerlo en cualquier religión. Pero en el nivel que el Corán se refiere, incluso cuando habla de la revelación, es que nadie va a cambiar la Palabra de Dios. Esto significa que la esencia de Su revelación será preservada y será protegida de cualquier cambio. A pesar de que las personas puedan haber tratado de cambiarlas o quizás se le atribuyan palabras a Dios que Él no dijo, o puede ser que la gente se haya olvidado o perdido parte de las Escrituras, en todo caso serán preservadas. Los musulmanes creen que esto es precisamente uno de los grandes beneficios del Corán como la última revelación—que ha sido totalmente protegida, que restaura y aclara la palabra de Dios revelada a diferentes profetas, porque creemos en la unidad de la misión de todos los profetas. En este sentido, existe la promesa de que la palabra de Dios ha sido preservada.
Curiosamente, el Corán da buenos criterios para saber qué libro se puede juzgar como la palabra de Dios en su totalidad. Esto aparece en la Sura 4, versículo 82:
“¿Es que no van a reflexionar sobre este Corán? Si procediera de alguien distinto de Dios, ciertamente habrían hallado en él muchas contradicciones”. (El Corán 4:82)
Adaptado, con autorización, de conferencias transcritas en www.jamalbadawi.org