La gran mayoría de los latinos son católicos romanos, debido principalmente a su cultura o crianza. Pero muchos de estos habitantes de Norte, Sur y Centroamérica se sienten incómodos y desencantados con las diferentes creencias y prácticas de la Iglesia Católica, incluyendo el énfasis en los santos, la doctrina de la santa trinidad, las oraciones dirigidas a María, el pecado original, asuntos relacionados con la jerarquía de la Iglesia, y la falta de aplicación de las prácticas religiosas por muchos católicos.

Se ha reportado en El Almanaque Católico que un estimado de 100.000 a 600.000 hispanos, o latinos, abandonan la Iglesia Católica cada año en los EE.UU. solamente. Ya sea que elijan aceptar el Islam o no, ellos están comprometidos en la búsqueda de una mayor satisfacción espiritual y un sentido de propósito. El Islam es la respuesta para muchos debido a su simplicidad y su enseñanza de una relación directa entre el individuo y Dios, sin ningún intermediario como Jesús (que se considera en el cristianismo como el hijo de Dios) o un sacerdote. Cuando descubren que el Islam enseña el mensaje del monoteísmo puro y promueve la creencia en las verdaderas y originales enseñanzas de Jesús como hombre y profeta de Dios, se sienten cautivados y quieren saber más. Las siguientes son algunas de las otras razones por las cuales los latinos se interesan en el Islam.

La inclinación natural

El Islam enseña que el ser humano nace con una naturaleza innata de la pureza y la inclinación primordial hacia el tauhid (la unicidad de Dios; el monoteísmo). Esta disposición natural, la fitrah en árabe, está en completa armonía con las creencias y prácticas del Islam. Cada persona nace en la fitrah como un musulmán o, por definición, uno que se somete a Dios, pero son sus padres o la sociedad que los desvía. Dios dice en el Corán en Surah (Capítulo) Al Araf-

“Y tu Señor creó a partir de Adán su descendencia e hizo que todos ellos atestiguaran [diciéndoles]: ¿Acaso no soy Yo vuestro Señor? Respondieron: Sí, lo atestiguamos. Esto es para que el Día de la Resurrección no digáis: No sabíamos [que Alá era nuestro Señor]”. (El Corán 7:172)

Los seres humanos saben intuitivamente que hay algo más grande que ellos mismos, un poder supremo o ser poderoso. Muchas personas que no pertenecen a una religión o iglesia en particular todavía creen en un Creador, tanto es así que en los momentos de desesperación ellos le piden a Dios que les ayude, como se describe en Surah Yunus-

“Él es Quien hizo posible que transitaseis por la tierra y por el mar. Y cuando os encontráis en los barcos y navegáis con buenos vientos os contentáis por ello. Más si os sacude una fuerte tormenta golpeándoos las olas por todos lados y pensáis que no tenéis salvación, entonces invocáis a Alá con toda sinceridad diciendo: Si nos salvas de ésta nos contaremos entre los agradecidos”. (El Corán, 10:22)

Cuando los latinos sienten ciertas dudas acerca de la fe en que nacieron y se criaron, todavía anhelando conocer el propósito de la vida y las respuestas a las preguntas sobre el origen y el destino del hombre, algunos buscan el conocimiento sobre otras religiones. Cuando se encuentran con el Islam, ven las respuestas a sus preguntas y descubren que el sistema de creencias tiene mucho sentido.

La creencia en Tauhid

Los latinos sin duda creen en un Creador o Ser Superior debido a su cultura y herencia. Cuando son introducidos al Islam a través de las numerosas vías, comienzan a verdaderamente apreciar la importancia del Tauhid o la Unicidad de Alá. A pesar de que se les enseñó que el cristianismo es una fe monoteísta, pueden ver claramente la diferencia entre la doctrina cristiana de Dios como una Trinidad (y la contradicción irreconciliable de “un Dios en tres personas” y Dios a la misma vez como un ser absoluto, indivisible, y trascendente. Y aún más, ven que la creencia islámica del tauhid con sus corolarios como una verdad universal y una sola familia humana, se ponen en práctica por los musulmanes.

La verdadera práctica de la fe

En el catolicismo y el cristianismo protestante, hay principios que se enseñan, que no necesariamente son aplicados o incluso fomentados. Por ejemplo, María, la hija de Imrán, o la Virgen María, ha sido representada llevando un velo o hiyab en muchas pinturas y estatuas que adornan las iglesias y catedrales por todo el mundo. Incluso en las escrituras religiosas cristianas, el asunto de la mujer cubriendo su cabeza y vistiendo modestamente ha sido determinado. Sin embargo, esta característica de pudor y el deseo de imitar a la mujer más virtuosa en el cristianismo no se enseñan ni se promueven. En el Islam, por el contrario, es una obligación para todas las mujeres musulmanas cubrirse la cabeza y vestir modestamente de modo que su forma física no se revele, según lo ordenado por Dios en el Corán. Como cuestión de hecho, hace sólo unas pocas décadas en los países de América Latina, las mujeres utilizaban un velo para cubrirse la cabeza cuando iban a la iglesia, y una modestia general de vestir era la costumbre. Hoy en día esta práctica está desapareciendo lentamente.

No existen intermediarios

El Islam enseña que cada individuo tiene una relación directa y personal con Dios, y no es necesario ningún intermediario como un sacerdote para adorar a Dios, para pedir perdón, o para ser protegido del castigo en la otra vida. En la Iglesia Católica, si uno comete un pecado, debe buscar la expiación a través de la confesión, revelando el pecado cometido a un sacerdote que luego le da una “receta” de una serie de oraciones que se deben realizar con el fin de que Dios acepte el arrepentimiento. Otro ejemplo de la necesidad de un intermediario se encuentra en las iglesias protestantes, en particular las iglesias evangélicas: los fieles obtienen la “salvación” de sus pecados a través de aceptando a Jesús (el “hijo de Dios”) como su salvador y ser “ungidos” o “nacidos de nuevo” a través de este proceso. En el Islam, la adoración es profundamente satisfactoria debido a que las cinco oraciones diarias, así como las súplicas, se comunican directamente a Dios que dice estar “… más cerca de él (ser humano) que su propia vena yugular” (El Corán 50:16).

Una religión balanceada y moderada

El Islam es una fe de moderación. El Corán dice: “Hicimos de vosotros una comunidad moderada y justa…” (El Corán, 2:143). Esta es una exhortación divina para establecer la moderación en todos los aspectos de la vida, evitando los extremos tanto de la mundanalidad y del ascetismo excesivo. Es un equilibrio perfecto entre la existencia espiritual y material, como se puede encontrar mediante el estudio de la vida del Profeta Muhammad, que la paz esté con él, y sus compañeros. El Islam no exige, ni siquiera tolera, el desapego con el mundo, sino que se limita a exigir que un musulmán viva en el mundo de acuerdo con los principios éticos y las virtudes de carácter recomendadas por el Islam.

Las semejanzas culturales

Hay muchas influencias islámicas que tuvieron un papel importante en la formación cultural de América Latina. Y muchos latinos sienten una fuerte conexión histórica con la herencia islámica que se encuentra en la época islámica clásica en España, así como mediante el reconocimiento de que los esclavos musulmanes fueron traídos de África a América Latina y que hubo una presencia musulmana documentada en las Américas antes de la llegada de Cristobal Colón. A través del aprendizaje sobre la Inquisición Española y la conquista española de las tierras indígenas en las Américas, y las conversiones forzadas de los musulmanes, judíos, y los pueblos indígenas al cristianismo, muchos latinos sienten que al aceptar el Islam, están reclamando su verdadera herencia religiosa.

El aspecto lingüístico

El idioma castellano o el español se ha visto muy influenciado por el árabe. Durante los casi 800 años en los que la mayor parte de España se encontraba bajo dominio islámico, sus habitantes hablaban español y árabe. Aproximadamente el 30 por ciento de las palabras en el idioma castellano o el español, lo que equivale a cerca de 6.000 palabras, tienen origen árabe. Algunos ejemplos son alfombra, café, batata, algodón, álgebra, azúcar, aceituna, ojala (si Dios quiere), sofá, y arroz. También los nombres y apellidos como Omar, Fátima, Benjamín, Medina, Álvarez, Guadalupe, Benalcázar o Balcázar, por nombrar unos pocos, son de origen árabe.

La poesía

Se dice que el flamenco, un estilo de música que tiene su origen en el sur de España, fue creado como una forma de enmascarar la recitación del Corán y sus letras describen los actos de persecución que sufrieron los musulmanes en manos de los cristianos. El flamenco se estableció principalmente alrededor de 1499 CE, durante la Inquisición Española, cuando los musulmanes fueron expulsados u obligados a abandonar su creencia en Alá y aceptar la religión de la Nueva España. Los musulmanes ocultaban su fe y recitaban el Corán en secreto, disimulando por temor a la persecución por las autoridades españolas. Aunque la guitarra fue introducida al cante flamenco en el siglo 19, se llevaba a cabo inicialmente sin instrumentos, de forma similar a la poesía árabe. En el flamenco, las ondas de vibración y el sonido son una reminiscencia de la recitación del Corán.

Las características físicas

Muchos latinos se dan cuenta del parecido físico que tienen con los árabes, los países del Asia Sudoriental, y los africanos. Esto los lleva a conocer más sobre su genealogía, que resulta en muchos descubriendo sus lazos ancestrales con los musulmanes y despertando su curiosidad por aprender sobre el Islam.

Los valores familiares en el Islam

Hay paralelos importantes entre los latinos y musulmanes en sus valores familiares. El Islam enseña gran respeto por los padres. Dios dice en Surah Al Isra: “Tu Señor ha ordenado que no adoréis sino a Él y que seáis benévolos con vuestros padres. Si uno de ellos o ambos llegan a la vejez, no seáis insolentes con ellos y ni siquiera les digáis: ¡Uf! Y háblales con dulzura y respeto. Trátales con humildad y clemencia, y ruega: ¡Oh, Señor mío! Ten misericordia de ellos como ellos la tuvieron conmigo cuando me educaron siendo pequeño.” (El Corán, 17:23-24).

Hay muchos otros ejemplos de la importancia de la familia en las narraciones o hadices de nuestro amado Profeta. En un hadiz auténtico que se encuentra en Bujari y Muslim narrado por Abdullah Ibn Masud, que le preguntó al Profeta, que la paz esté con él, “¿Qué acción es la más amada por Alá?” El Profeta respondió: “El Salat (la oración) a tiempo.” Ibn Masood preguntó: “¿Entonces qué?” Él respondió: “El buen trato a los padres.” La cultura latina, así mismo, enseña obediencia a los padres y el respeto a los mayores. Incluso los vecinos o amigos que no son parte de la familia inmediata se consideran parientes y son tratados con respeto. Este es un valor islámico, donde a los ancianos se les consideran tíos y tías, y todos los musulmanes se consideran hermanos y hermanas en la fe.

Las costumbres latinas

En la cultura latina y en los distintos países de América Latina, hay muchas costumbres interesantes que tienen raíces en el Islam o la cultura musulmana. Por ejemplo, muchos latinos tienen aversión a matar a las arañas. Esto puede estar relacionado con la historia de una araña que ayudó a salvar al Profeta Muhammad tejiendo una telaraña alrededor de la entrada de la cueva en la que se escondía de los que querían hacerle daño, antes de su migración a Medina. Además, hay un dicho: “Al que madruga, Dios le ayuda”, que implica que quienes se despiertan temprano (como lo hacen los musulmanes para orar) están protegidos por Dios. Otros ejemplos son mencionar el nombre de Dios antes de cocinar, decir: “Gloria a Dios” especialmente después de estornudar, la creencia en el mal de ojo, saliendo de la cama con el pie derecho primero, y muchos otros.

La ética comunitaria

Otra razón por la creciente ola de latinos que entran al Islam es el hecho de que algunos latinos no ven a la Iglesia verdaderamente apoyando los derechos de los pobres y desfavorecidos. En los países de Centro y Sudamérica, es común encontrar a personas pobres sentadas en los escalones de las catedrales mendigando, mientras que estos lugares están decorados en el interior con oro y ornamentación opulenta y los sacerdotes se visten con las mejores galas. Esto es desalentador para aquellos que sienten que la iglesia debe ser una defensa y fuente de consuelo y ayuda para los pobres y oprimidos.

En los EE.UU., los latinos también encuentran que el Islam es más comprensivo con su situación como minorías. Ellos ven al Islam como una religión que realmente se preocupa por los pobres y subyugados. Se pueden identificar fácilmente con el Islam debido a la lucha de los inmigrantes latinos por la justicia y la igualdad similar a la lucha de los afroamericanos en la era de los Derechos Civiles, en la que, comparativamente, muchos afroamericanos abrazaron el Islam.

El Islam es, de hecho, una religión que promueve la igualdad racial y la justicia social, atrayendo a los grupos minoritarios y a todos los individuos imparciales. El resumen perfecto de esta igualdad se puede encontrar en el discurso del Profeta Muhammad durante su última peregrinación: “Toda la humanidad proviene de Adán y Eva, un árabe no tiene superioridad sobre un no árabe, ni un no árabe tiene superioridad sobre un árabe; un blanco no tiene superioridad sobre un negro ni un negro tiene superioridad sobre un blanco, excepto por la piedad y las buenas acciones. Sepan que todo musulmán es hermano de todo musulmán y que los musulmanes constituyen una hermandad “(Sajih Bujari).

Debido a las razones mencionadas anteriormente, que incluyen tanto los factores históricos como los culturales, muchos latinos creen que aceptar el Islam es una forma de regresar a sus verdaderas raíces. También les ofrece un nuevo comienzo, donde pueden adorar a su Creador en una forma más directa y sencilla y cumplir con sus inclinaciones espirituales naturales. Por último, son capaces de unirse a la comunidad mundial de musulmanes en su creencia en el monoteísmo puro y la experiencia de una verdadera hermandad.

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