El desarrollo personal

Vivimos en una cultura en la que la publicidad masiva glorifica el consumo excesivo y la satisfacción casi inmediata de los deseos carnales. La actitud de “tenerlo todo ahora” desafortunadamente se vuelve un callejón sin salida para millones, y deseos desinhibidos resultan ser como un fuego incontrolable, cada vez más fuerte cuando se alimenta. Algunos deseos se convierten en compulsiones primordiales que pueden tardar años para superar, de ser posible. La palabra adicción se utiliza a menudo para describir tal condición.

¿Qué es una adicción? El término adicción se utiliza en muchos contextos para describir una obsesión, compulsión o dependencia física excesiva, como la drogadicción, el alcoholismo, comer en exceso compulsivamente, ludopatía, adicción a la computadora, etc. Es decir, la adicción tiene muchas formas, algunas de ellas relacionadas con sustancias como las drogas o el alcohol, mientras que otras están relacionadas con la extrema dependencia psicológica del individuo en conductas como el juego, comer en exceso y navegar por Internet continuamente.

Casi 14 millones de estadounidenses cumplen con los criterios de diagnóstico para los trastornos debidos al consumo de alcohol.

Las estimaciones de los costos económicos de sólo el abuso de alcohol recopilados por la Organización Mundial de la Salud, varían de uno a seis por ciento del PIB de un país. Países alrededor el mundo gastan cientos de miles de millones de dólares en la lucha contra el tráfico de drogas, la rehabilitación de los drogadictos y en el tratamiento de los costos de salud y sociales debido al aumento del uso de narcóticos por los jóvenes y adolescentes. La adicción a la pornografía está afligiendo a millones en cada grupo de edad en todo el mundo, lo que lleva a la disminución de la productividad, y un aumento en los crímenes contra mujeres y niños.

El hecho de que las adicciones de varios tipos han incrementado hasta convertirse en enormes problemas sociales que amenazan no sólo a individuos y familias, sino también a sociedades enteras está muy claro. Las adicciones, de hecho, son la desgracia de la civilización humana, y la urgencia de hacer un esfuerzo global para erradicarlas se ha vuelto más importante que nunca.

Los esfuerzos hasta este momento

Países alrededor el mundo han tratado de controlar, si no erradicar, varias adicciones en sus sociedades. Aunque millones se han liberado de la esclavitud de sus bajos instintos, millones más siguen cayendo en este abismo. El número de personas adictas, tanto en términos existentes y como porcentaje de la población total, ha aumentado radicalmente en los últimos tiempos.

Vamos a explorar la opinión islámica acerca de este problema, y cómo sus prescripciones y visión mundial podrían ser un antídoto.

La moderación – Una virtud islámica

Una de las características más destacadas de la cosmovisión islámica es una perspectiva equilibrada y moderada de la vida y sus desafíos. El Islam reconoce que los seres humanos tienen deseos naturales, y prescribe maneras de satisfacer estos deseos sin permitir que los deseos tomen control de la vida del ser humano. Dice el Sagrado Corán:

“¡Oh, hijos de Adán! Cubríos [para rezar] y engalanaos cuando acudáis a las mezquitas. Y comed y bebed con mesura, porque Alá no ama a los inmoderados” [El Corán, 7:31]

La virtud islámica de moderación se prescribe tanto a nivel individual como a nivel colectivo. El Islam considera los recursos naturales del mundo, y ciertamente a la vida del ser humano en sí, como un encargo de Dios. De acuerdo, cada individuo es responsable por la manera en cual él o ella usan estos recursos. La prodigalidad se considera un pecado mayor en el Islam.

El entendimiento islámico acerca del ser

El Islam tiene un enfoque más amplio hacia la vida humana, el reconocimiento de que el alma de un ser humano está compuesta esencialmente de tres elementos:

Nafs al-Ammarah (el alma que ordena el mal o incita a la maldad)

Nafs al-Lawwamah (el alma autocrítica, el remordimiento)

Nafs al-Mutmainnah (el alma tranquila, pacífica)

El objetivo de cada musulmán es estar consciente de la etapa en que se encuentra su propia alma, y tratar de llegar a la etapa de la tranquilidad y la paz que sólo se puede adquirir a través de una vida disciplinada en obediencia a Dios.

El alma que ordena el mal, se apodera de la persona en un estado de olvido. La adicción, igual que todas las infracciones humanas, se derivan del estado en el cual el ser humano está desatento al propósito de la vida, sin prestar atención al Creador o al día en que todos los seres humanas tendrán que rendir cuentas por sus acciones. Es este estado de olvido que el individuo debe esforzarse por superar, y trabajar progresivamente hacia un estado de conciencia.

El Sagrado Corán dice:

“No seáis como quienes se olvidaron de Alá [y Le desobedecieron] por lo que Él hizo que se olvidasen de sí mismos [y no realizaran obras piadosas]. Éstos son los descarriados”. [El Corán, 59:19]

Para superar la adicción, por lo tanto, uno está obligado a huir de la negligencia y sentir remordimiento por haber permitido que el alma sea controlada por los bajos deseos.

Para otros que, aunque conscientes de sí mismos, hasta cierto punto, sí sucumben momentáneamente al alma que incita la maldad, el recuerdo de lo Divino y Sus mandamientos son a menudo suficientes para restablecer el equilibrio y rápidamente salir del estado de inconsciencia.

Para aquellos que, sin dejar de cumplir con las necesidades de la vida, están firmemente arraigados en lograr el éxito en el más allá, las tentaciones de una transgresión sólo sirven para impulsarlos en sus búsquedas espirituales.

Las prohibiciones en el Islam – Una gran bendición

El Dr. Altaf Husain, un trabajador social en los EE.UU., escribió en un artículo sobre las maneras de superar la adicción:

“Nadie se vuelve adicto intencionalmente; no es una meta que alguien se propone cumplir. La adicción es en esencia el triunfo del alma incitando al mal sobre el alma que se reprocha. Lo que comienza como sólo un vistazo rápido a una página web pornográfica, un sorbo de alcohol, un soplo de cocaína, una inyección de heroína, o incluso un atracón agresivo no afecta a todos los individuos de la misma manera. Para aquellos que tienen una relación débil con Alá, están al margen de la adoración diaria, se mantienen en compañía con personas similarmente desatentas; esa vista o ese sorbo los conduce, finalmente, por un callejón sin salida del cual tendrán que luchar, probablemente durante toda la vida para recuperarse”.

El Islam reconoce los peligros de este tipo de comportamiento autodestructivo. Mientras que prescribe formas permisibles de cumplir con ciertos deseos legítimos, el Islam pone límites a algunos tipos de comportamiento y les ataca en la raíz. Por ejemplo, el alcohol, el consumo de drogas y los juegos de azar están estrictamente prohibidos, incluso en pequeñas cantidades.

El Sagrado Corán dice:

“¡Oh, creyentes! Los embriagantes, los juegos de apuesta, los altares [sobre los cuales eran degollados los animales como ofrenda para los ídolos] y consultar la suerte valiéndoos de flechas son una obra inmunda de Satanás. Absteneos de ello y así tendréis éxito”. [El Corán, 5:90]

En las últimas cinco décadas, la pornografía ha sido la causa de más de un hogar destrozado, y multitudes de vidas destruidas. Ordenando la modestia para los hombres y las mujeres, el Sagrado Corán protege la dignidad del ser humano. El Corán dice:

“Diles a los creyentes [¡Oh, Muhammad!] que recaten sus miradas y se abstengan de cometer obscenidades [fornicación y adulterio], pues esto es más puro para ellos. Ciertamente Alá está bien informado de lo que hacen.

“Y diles a las creyentes que recaten sus miradas, se abstengan de cometer obscenidades, no muestren de sus adornos más de lo que está a simple vista [como lo que usan sobre el rostro, las manos y las vestimentas], cubran sus pechos con sus velos…” [El Corán, 24:30-31]

El Islam recomienda el matrimonio para el cumplimiento de los deseos naturales y para la procreación, pero prohíbe la representación de cualquier ser humano como un simple objeto de placer sexual. Observe cómo el Corán eleva el estatus tanto de los hombres como las mujeres mediante el reconocimiento de su naturaleza, a la vez que llama la atención a un propósito superior en la vida.

Cuando se reflexiona sobre los estragos causados por el alcohol y la adicción a las drogas, por el juego compulsivo y por la pornografía desenfrenada, se pueden reconocer las prohibiciones y mandatos del Islam como grandes bendiciones para la raza humana. Las prohibiciones Divinas aseguran que aunque no entienda la sabiduría detrás de la abstención de estos males, el ser humano está protegido al seguir ciertas normas en un marco de referencia  espiritual.

La oración y el ayuno – Fortaleciendo el alma con la paciencia

Mientras cada pilar del Islam sirve para fortalecer el alma, las cinco oraciones diarias y el ayuno durante el mes sagrado de Ramadán son particularmente beneficiosos para disciplinar el alma.

El Sagrado Corán dice:

“Recita lo que se te ha revelado del Libro [el Corán] y haz la oración, que ciertamente la oración preserva de cometer actos inmorales y reprobables. Y sabe que tener presente a Alá en el corazón durante la oración es lo importante, y Alá sabe lo que hacéis”. [El Corán, 29:45]

El ayuno es universalmente reconocido como un medio para lograr el autocontrol, y en el Islam también es un medio para obtener la cercanía a Dios.

“¡Oh, creyentes! Se os prescribió el ayuno al igual que a quienes os precedieron para que alcancéis la piedad”. [El Corán, 2:183]
Por lo tanto, la oración y el ayuno son como los escudos del alma del ser humano, para que se proteja de los ataques de las tentaciones, y lleve una vida saludable, balanceada y productiva.

Conclusión

Para atacar las raíces de la adicción, una visión holística del alma humana es esencial. El Islam ofrece una visión mundial y un sistema espiritual que eleva al ser humano empoderando el alma para cumplir la Misión Divina. Además de prohibir conductas que podrían degradar el alma del ser humano de cualquier forma alguna, el Islam prescribe medios prácticos para fortalecerla.

 

Para el alma que valora la dulzura del Recuerdo Divino, rendirse ante deseos representa la desobediencia al Creador, así como la opresión contra sí mismo. Es a través del reconocimiento del propósito de la creación que el alma puede alcanzar la verdadera libertad.