¡Un milagro hasta el final!
La metodología
El Sagrado Corán es la palabra de Dios. No hay ni una sola palabra en el mismo que no sea divina. Por lo tanto, los versos divinos no se han mezclado con la historia de los árabes o los acontecimientos que se produjeron durante el período de su revelación.
El libro ha sido transmitido a nuestra época en su forma completa y original desde la época del Profeta Muhammad, la paz sea con él (p). Mientras el libro era revelado, el Profeta (p) dictaba su texto a los escribas. Luego el texto escrito se le leía al Profeta (p), quien, después de verificar que el escriba no había cometido ningún error en su escritura, ponía el manuscrito bajo custodia segura.
El Profeta (p) le informaba al escriba acerca de la secuencia en la cual un mensaje revelado sería colocado dentro de una Sura (capítulo) particular. De esta manera, el Profeta (p) continuaba arreglando el texto del Corán sistemáticamente hasta el final de la cadena de revelaciones.
Desde el principio del Islam, se ordenó que la recitación del Corán fuera una parte integra de la adoración. Por lo tanto, los compañeros del Profeta Muhammad (p) se memorizaban los versos divinos tan pronto fueran revelados. Muchos de ellos se aprendieron el texto completo y numerosos otros memorizaron varias porciones.
Los métodos de preservación durante la vida del Profeta
Además, esos compañeros que sabían leer y escribir mantenían una copia escrita de varias porciones del Sagrado Corán. Consecuentemente, el texto del Corán fue preservado en cuatro diferentes maneras durante la vida del Profeta (p):
a) El Profeta (p) ordenó que el texto fuera escrito desde el principio hasta el final de la revelación por los escribas.
b) Muchos de los compañeros se memorizaron el texto del Corán, cada sílaba, por completo.
c) Todos los compañeros, sin excepción, se habían memorizado por lo menos algunas partes del Corán por la simple razón que era obligatorio recitarlo durante las oraciones. Un estimado del número de los ilustres compañeros se puede calcular tomando en cuenta que ciento cuarenta mil compañeros habían participado en la última peregrinación realizada por el Profeta (p).
d) Un número considerable de los compañeros letrados mantenía una copia privada del texto del Corán y verificaban la autenticidad de su copia con el Profeta (p).
Los métodos de preservación después de la muerte del Profeta
Es un hecho histórico indiscutible que el texto del Sagrado Corán en existencia hoy en día es, silaba por silaba, el mismo que el Profeta (p) le presentó al mundo como la Palabra de Dios.
Tras la muerte del Profeta (p), el primer Califa, Abu Bakr, reunió a todos los Huffadh (los que se habían memorizado el Corán) entre los compañeros y las escrituras del Sagrado Corán, y ordenó que todo el texto sea escrito y organizado en forma de libro. Durante el califato de Uthman, se produjeron copias de esta versión original y estas fueron distribuidas a las capitales del mundo Islámico. Dos de estos manuscritos originales del Corán, preparados hace más de 1400 años aún existen; uno de ellos se encuentra en el Museo Topkapi Saray en Estambul, Turquía, y el otro en Taskent, Rusia. Ambos son idénticos en su contenido y coinciden con las copias disponibles en todo el mundo actual.
¿Y cómo se puede concebir que tenga una discrepancia? – Cuando han habido varios millones de “Huffadh” (personas que se han memorizado el Corán entero, palabra por palabra, de principio a fin) en cada generación desde la época del Profeta (p) y en nuestros tiempos. Si una persona altera una silaba del texto original del Corán, estos Huffadh se darían cuenta de inmediato.
En el último siglo, un instituto en la Universidad de Munich en Alemania colectó cuarenta y dos mil copias del Sagrado Corán, incluyendo manuscritos y textos impresos producidos durante cada periodo en varias partes del mundo islámico. Trabajos de investigación sobre estos textos se llevaron a cabo durante medio siglo, al final los investigadores llegaron a la conclusión de que, aparte de los errores en la copia, no hubo discrepancia en el texto de estos cuarenta y dos mil ejemplares, a pesar de que pertenecían al período entre el 1er siglo hasta el siglo 14 de la era islámica (aproximadamente desde el séptimo hasta el siglo veinte de la era común), y que se habían adquirido de diferentes partes del mundo. Este instituto, por desgracia, fue destruido en los bombardeos en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, pero los resultados de su proyecto de investigación sobrevivieron.
Otro punto que se debe mencionar es que el idioma en el que fue revelado el Corán es un idioma que aún existe en estos momentos. Actualmente es el idioma natal de aproximadamente cien millones de personas desde Iraq hasta Marruecos. Hasta en el mundo no árabe, cientos de miles de personas estudian y enseñan este idioma.
La gramática de la lengua árabe, su léxico, su sistema fonético y su fraseología, han permanecido intactos durante 1.400 años. Una persona de habla árabe moderna puede comprender el Sagrado Corán con la misma habilidad que lo hicieron los árabes de hace catorce siglos. Esto, entonces, es un atributo importante del Profeta Muhammad (p). El libro que Dios le reveló para la guía de la humanidad existe en la actualidad en su idioma original y sin la más mínima alteración en su vocabulario.
(Tomado de parte de un discurso titulado “El mensaje de la Sirah (biografía) del Profeta (p)”, por Syed Abul A’ala Mawdudi. Él compara la historia y la autenticidad de tres escrituras, la Torá, el Evangelio y el Corán.)