En nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso

 

Oprimidas, inferiores y desiguales – para muchas personas, estas son las primeras palabras que vienen a la mente cuando piensan sobre el tema de las mujeres en el Islam. Estos estereotipos confunden el Islam con las prácticas culturales y fallan en reconocer que el Islam ha fortalecido a las mujeres con los derechos más progresistas desde el siglo VII. En el Islam, las mujeres no son inferiores o desiguales a los hombres. Este folleto presenta las enseñanzas verdaderas del Islam con respecto a los derechos, papeles y responsabilidades de las mujeres, con un énfasis especial en la igualdad del género en el Islam.

 

En una era cuando las niñas fueron enterradas vivas en Arabia y las mujeres eran consideradas propiedades transferibles, el Islam honró a las mujeres en la sociedad elevando sus estatus y protegiéndolas con derechos sin precedentes. El Islam dio a las mujeres el derecho a la educación, a casarse con alguien de su elección, de conservar su identidad después de casarse, del divorcio, de trabajar, de poseer y vender bienes, de buscar protección bajo la ley, de votar y participar en compromisos cívicos y políticos.

 

En el año 610 de la era actual, Dios comenzó a revelarle el mensaje del Islam al Profeta Muhammad, que la paz esté con él, en La Meca. Muhammadp llamó a la gente hacia la creencia en un Dios y les animó a ser justos y misericordiosos. En la reforma de la sociedad árabe pagana, él particularmente transformó la mentalidad de sus compatriotas con respecto al tratamiento de las mujeres. El Islam abolió la práctica de matar a las niñas y elevó  la posición de la mujer en la sociedad a una de dignidad, respeto y privilegios.

 

Dios le dedica un capítulo entero del Corán, el libro sagrado del Islam, a las mujeres. Además, Dios se dirige directamente a las mujeres repetidamente a lo largo del Corán. El Islam proclama que todos los seres humanos, hombres y mujeres, nacen en un estado puro. El objetivo de cada musulmán es preservar esta pureza rechazando las malas tendencias y embelleciendo su interior con atributos virtuosos.

 

Además, el Islam confirma que los hombres y las mujeres son iguales ante de Dios. En el Corán, Dios declara, “…Y en verdad que el más noble de vosotros ante Alá es el que más Le teme…” (49:13). En otro lugar en el Corán, Dios establece claramente que todos los seres humanos son iguales: “A quien haya obrado con rectitud sea varón o hembra, siendo creyente, le haremos vivir una buena vida y le daremos la recompensa que le corresponda por lo mejor que haya hecho” (16:97).

 

Mientras que el Islam establece claramente que los hombres y las mujeres son iguales, reconoce que no son idénticos. Dios creó a los hombres y las mujeres con atributos fisiológicos y sicológicos únicos. En el Islam, estas diferencias son abrazadas como elementos vitales para una familia y una estructura comunitaria saludable, con cada individuo aportando sus propios talentos distintivos a la sociedad.

 

Por lo tanto, las reglas de Dios se aplican a ambos sexos, pero en diversas formas. Por ejemplo, Dios les ordenó a las mujeres a cubrir ciertas partes de su cuerpo, incluyendo el pelo, para preservar su pudor. Los hombres también tienen que cubrir partes de su cuerpo por pudor, pero no en la misma manera que las mujeres. Dios les ordenó a los hombres y a las mujeres a ser modestos; sin embargo, la manera en que lo observan es diferente.

 

Asimismo, los derechos, papeles y responsabilidades de las mujeres están equilibradas con los hombres pero no son necesariamente las mismas. Como el Islam ha otorgado las identidades individuales para los hombres y las mujeres, una constante comparación entre los dos es inútil. Cada uno tiene un papel único para respetar mutuamente a los morales sociales y el equilibrio social.

 

La descripción siguiente detalla una amplia gama de derechos de la mujer en el Islam. Aborda algunos conceptos erróneos comunes y proporciona una idea de las diversas funciones y responsabilidades que cumplen las mujeres en la sociedad. También cabe señalar aquí que los musulmanes no siempre son representativos del Islam y pueden seguir sus influencias culturales o intereses personales. Al hacerlo, ellos no solo privan a las mujeres, también van contra las directrices claras establecidas con respecto al tratamiento de las mujeres en el Islam. Por lo tanto, sus prácticas van en contra de los derechos y las libertades con las que el Islam empodera a las mujeres, como se muestra a continuación.

 

La educación

En el siglo VII, Muhammadp declaró que la búsqueda del conocimiento es obligatorio para todos los musulmanes—sean hombres o mujeres. Esta declaración fue muy clara y fue implementada en gran parte por los musulmanes a través de la historia. Una de las estudiosas más influyentes del Islam fue la esposa de Muhammadp, Aisha. Después de su muerte, hombres y mujeres viajaban para aprender de ella porque era considerada una gran erudita del Islam. El reconocimiento de la erudición femenina y de la participación de las mujeres en el ámbito académico ha sido fomentado y practicado a lo largo de la mayor parte de la historia islámica. Por ejemplo, la mezquita y universidad de al-Qarawiyin, la universidad más antigua del mundo, fue financiada por una mujer, Fátima al-Fihri, en Marruecos en el año 859.

La maternidad

En el Islam, Dios claramente le da a la madre un alto estatus y eleva su posición entre la familia. En el Corán, Dios menciona todos los sacrificios que hacen las madres en tener hijos para recordarle a la gente que traten a las madres con amor, respeto y cuidado. Destacando la importancia de las madres, el Profeta Muhammadp dijo, “El cielo se encuentra bajo los pies de tu madre.”

 

En otra ocasión, un hombre le pidió repetidamente a Muhammadp, “Entre la gente, ¿Quién es más digno de mi buena compañía?” Cada vez, el Profeta p le respondió: “Tu madre.” Cuando el hombre le preguntó por cuarta vez, él respondió: “Tu padre.”

 

Los servicios sociales y la política

Entre los primeros musulmanes, las mujeres eran participantes activas en el funcionamiento coherente de la sociedad. Las mujeres expresaban sus opiniones libremente y se buscaban y valoraban sus consejos. Las mujeres ayudaban a los heridos durante las batallas y algunas incluso participaban en las batallas. Las mujeres negociaban abiertamente en el mercado, tanto que el segundo califa, Umar, nombró a una mujer, Shifa bint Abdullah, como supervisora del comercio.

 

En la historia islámica, las mujeres participaron en el gobierno, en asuntos públicos, la legislación, la erudición y la educación. Para continuar a mantener esta tradición, las mujeres son animadas a participar activamente en mejorar, servir y dirigir los diferentes aspectos de la comunidad.

 

La herencia

Antes del Islam, las mujeres fueron privadas de la herencia y se consideraban una propiedad para ser heredada por los hombres. El Islam les dio a las mujeres el derecho a poseer propiedad y heredar de parientes, que era un concepto revolucionario en el siglo VII.

 

Si una mujer es una esposa, madre, hermana o hija, recibe una cierta cuota de propiedad de su pariente fallecido. Este porcentaje depende del grado de relación con el difunto y el número de herederos. Mientras que muchas sociedades alrededor del mundo les negaban a las mujeres su herencia, el Islam les aseguró a las mujeres este derecho, ilustrando la justicia universal de la ley divina del Islam.

 

Las responsabilidades financieras

En el Islam, las mujeres no están obligadas a ganar o gastar dinero en vivienda, comida o gastos generales. Si una mujer está casada, su marido debe mantenerla económicamente y si no está casada, esa responsabilidad le pertenece a su pariente masculino más cercano (su padre, hermano, tío, etc.).

 

Por otro lado, ella tiene el derecho a trabajar y gastar el dinero que gana como quiere. No tiene ninguna obligación de compartir su dinero con su esposo o cualquier otro miembro de la familia, aunque puede optar por hacerlo de buena voluntad. Por ejemplo, Jadiya, la esposa del Profeta Muhammadp, fue una de las empresarias más exitosas de La Meca, y ella libremente gastaba de sus bienes para apoyar a su marido y a la causa del Islam.

 

En el momento del matrimonio, una mujer tiene el derecho a un regalo financiero (la dote) de su marido. Esta dote legalmente es propiedad de ella y no puede ser utilizado por nadie más. En el caso de divorcio, ella tiene el derecho a mantener lo que le pertenecía antes del divorcio y cualquier ingreso que ella obtuvo personalmente después del matrimonio. El ex marido no tiene ningún derecho a sus pertenencias. Esto garantiza su independencia y su seguridad financiera, permitiéndole mantenerse económicamente en el caso de divorcio.

 

El matrimonio

Una mujer tiene el derecho de aceptar o rechazar propuestas de matrimonio y su aprobación es necesaria para completar el contrato matrimonial. Ella no puede ser forzada a casarse en contra de su voluntad y si esto ocurre por razones culturales, esto es opuesto a las leyes del Islam. Por el mismo principio, la mujer también tiene el derecho de solicitar el divorcio si está descontenta con su matrimonio.

 

En el Islam, el matrimonio se basa en la compasión, el amor y la paz mutua. Dios dice de Sí mismo, “Y parte de Sus signos es que os creó esposas sacadas de vosotros mismos para que encontrarais sosiego en ellas y puso entre vosotros amor y misericordia…” (Corán 30: 21). Muhammadp incorporó el mejor personaje y es un modelo de seguir para todos los musulmanes. Su ejemplo de ser útil en el hogar y de tratar a su familia con amor y compasión es una tradición que los musulmanes se esfuerzan por implementar en su vida diaria. Muhammadp trató a sus esposas con el máximo respeto y honor y nunca fue abusivo hacia ellas. Una de sus tradiciones claramente indica, “los mejores entre ustedes son aquellos que son los mejores con sus esposas.”

 

La dignidad y la protección del daño

Cualquier forma de abuso, sea emocional, físico o sicológico, está prohibido en el Islam y el tratamiento inadecuado hacia las mujeres no es una excepción a esta regla. En efecto, no existe ninguna enseñanza en el Islam, cuando se estudia  en su contexto completo, que tolera cualquier tipo de violencia doméstica. El Islam claramente desautoriza cualquier forma de opresión y abuso, según la Dra. Zainab Alwani, una autoridad musulmana destacada. No se puede decir suficientemente que quien ejerce una autoridad injusta en nombre del Islam lo está haciendo para cumplir con sus propias influencias culturales o intereses personales. Toda la creación de Dios es digna y protegida bajo la ley islámica.

La modestia

En un ambiente que continuamente enfatiza la apariencia física a través de diversos medios de comunicación, las mujeres se enfrentan constantemente con un estándar de belleza inalcanzable. Aunque las mujeres musulmanas están clasificadas falsamente como oprimidas basado en su vestimenta modesta, son en realidad liberadas de tal objetivación por la sociedad a su alrededor. Esta apariencia modesta, que incluye el velo, destaca la personalidad y el carácter de la mujer en lugar de su figura física y promueve una apreciación más profunda por quién ella realmente es como persona. En este sentido, las mujeres musulmanas se identifican con María, la madre de Jesús p, quien es reconocida por su piedad y modestia.

 

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Para concluir, el Islam tiene una amplia tradición de proteger las libertades civiles de las mujeres basadas en los mandatos establecidos por Dios y Su Profeta. Las mujeres están facultadas con muchos derechos y protecciones bajo la ley islámica y son honradas con una posición digna en la sociedad.

*Nota: El subíndice p junto al nombre del Profeta Muhammadp (y los demás profetas) representa la invocación que los musulmanes hacen tras mencionar su nombre: que la paz y bendiciones de Dios estén con él.